Buenos días,
Hoy voy a hablaros de un pez que descubrí el año pasado en clase de Fisiología Animal y que me resulto peculiar por su bioluminiscencia, aunque no es el único que posee esta característica y os enseñaré algunas especies más que también la poseen.
Photoblepharon palpebratus, se trata de una especie pequeña de unos 12 cm de longitud (5 pulgadas). Presentan dimorfismo sexual, de manera que las hembras son de mayor tamaño que los machos.
Características
Como característica podemos destacar un cuerpo blando y con huesos pequeños debido, en parte, a la ausencia de calcio, necesario para la formación de espinas, y de vitamina D, necesaria para los huesos consistentes. Sin embargo, esta característica física que podría considerarse como una debilidad, es lo que le permite al pez desplazarse en las profundidades aguantado presiones de alrededor de 200 atmósferas de presión; en parte, esto se explica porque los órganos blandos del pez en su desarrollo generan una adaptación a las presiones, dicha adaptación es llenar ciertas zonas de su fisonomía con agua que se encuentra a la misma presión que la del medio exterior, para así evitar morir aplastados.
Otro característica y quizás la que más llama la atención, es la bioluminiscencia característica que posee esta especie debido a la relación simbiótica (relación estrecha entre organismos de distintas especies) de huésped – bacteria, donde las bacterias obtienen los nutrientes necesarios para su supervivencia del huésped, que en este caso es el pez, pero aún más importante para la bacteria es que a través del pez obtiene oxígeno, sin dicho oxígeno no podría vivir ni brillar. Las bacterias habitan en un órgano interno del pez ubicado bajo el globo ocular y que recibe el nombre de fotóforo, en el cual ocurren una serie de reacciones bioquímicas entre las bacterias produciendo una luz luminiscente la cual puede verse en las profundidades de los océanos a unos treinta metros de distancia y que el pez utiliza para cazar, navegar, comunicarse entre ellos y eludir a los depredadores. (Los nombres de dichas bacterias no los he encontrado por ningún sitio)
Estos peces también poseen un metabolismo extremadamente lento, lo que les permite sobrevivir a pesar de no abastecerse de alimento en grandes cantidades o por largos periodos de tiempo; debido a su metabolismo lento posee un gasto de energía mínimo que conlleva a una considerable longevidad (viven más tiempo) y lentitud a la hora de reproducirse, es decir, tardan en reproducirse más en comparación con peces de la superficie de los mares.
Hábitats
Esta especie suele encontrarse en las aguas cálidas del Océano Pacífico, Océano Índico y Mar Rojo a profundidades de 5 a 50 metros donde apenas llega la luz. Son animales de hábitos nocturnos, es decir, animales activos durante la noche y durante el día suelen hallarse en cuevas. Sin embargo, es común que esta especie (Photoblepharon palpebratus) se alimente en arrecifes, cuando la luz de la luna no ilumina demasiado.
Alimentación
Como polillas atraídas a la luz, el zooplancton (conjunto de organismos protozoos que forman parte del plancton), rodea la cara resplandeciente del pez, pero no solo se alimenta del zooplancton que va hacia él sino también de pequeños peces que nadan (también hacia él) con la intención de alimentarse del zooplancton.
Reproducción
Viven en pareja en territorios pequeños, al ser la hembra mayor al macho esta es la encargada de protegerlo de los posibles depredadores. Si un intruso invade su territorio, la hembra tapa su luz por medio de un párpado móvil (como si fuese una cortina) se acerca al depredador y destapa la luz consiguiendo así asustarlo obligándolo a huir. También suelen escapar de un depredador (ambos sexos) tapando su luz con el párpado consiguiendo así hacerse “invisibles en la oscuridad” para poder huir.
Pero no son los únicos peces con bioluminiscencia, como os comente al principio del post, sino que existen algunos peces pertenecientes a la fauna abisal que también la poseen.
Antes de nada comentaros que es la fauna abisal o fauna abisopelágica hace referencia a todos aquellos animales que habitan en las profundidades abisales de los mares y océanos, la zona abisopelágica o zona abisal es uno de los niveles en los que está dividido el océano según su profundidad, está situada por debajo de la zona batipelágica y por encima de la hadopelágica y corresponde al espacio oceánico entre 3.000 y 6.000 metros de profundidad.
Aquí os muestro algunas de las especies que podemos encontrar en esta zona abisal y que al igual que Photoblepharon palpebratus estos también poseen bioluminiscencia entre otras peculiaridades.
El pez futbol (Himantolophus paucifilosus) llamado comúnmente así por la forma de su cuerpo (forma de balón), quizás lo más característico de esta especie aparte de que posee un órgano luminiscente (que utilizan para atraer a sus presas) y de que es un pez abisal es la forma que tienen de reproducirse y la diferencia de tamaños, siendo nuevamente la hembra mayor al macho. Esto os lo muestro por medio de dos imágenes esquemáticas del National Geographic.
Melanocetus johnsonii es el nombre científico de un pez abisal que vive entre los 3.000 y 4.000 metros de profundidad. Tiene una especie de antena sobre la cabeza que brota de su nariz en forma de caña de pescar y que posee bioluminiscencia debido a las bacterias que contiene, esta antena la utilizan a modo de “llamada” para otros peces que se ven atraídos confundiéndola con un gusano u otro organismo y acabando siendo presas de este pez tan peculiar. Son de un tamaño pequeño, la hembra puede llegar a medir un máximo de 20 centímetros y el macho de mayor tamaño conocido es de 2,8 cm. En estos peces el macho es un parasito que se une y vive en la hembra. Además, poseen una boca que puede tragar ejemplares de más del doble de su propia longitud.
El pez dragón (Stomias boa) son peces alargados, cuerpo aplanado y con una gran boca con dientes que puede ser tan largos que les cueste cerrarla.
Pero no solo los peces emiten luz también existen moluscos como el calamar de cristal (Teuthowenia pellucida), celentéreos, cnidarios (medusas), cangrejos, insectos y recientemente ha sido descubierto por científicos que la tortuga carey emitía una luz neón verde y roja. El descubrimiento fue hecho a finales de julio de 2015 por David Gruber de la Universidad de Nueva York y su equipo. Por desgracia la tortuga carey se encuentra en peligro crítico de extinción a causa de la pesca humana.
Y para terminar con el post de hoy aquí os dejo un enlace del descubrimiento de la luminiscencia en la tortuga carey.